Salimos a las 10,30. El camino es muy tranquilo hasta Bullay, pero luego tenemos tráfico hasta Neef donde decidimos cruzar al margen izquierdo. No calculamos bien y vimos las ruinas del monasterio de Stuben desde el margen contrario, desde Bremm.
Día 6 en bicicleta de Zell ad Mosel a Treis Karden.
Este encantador pueblo es conocido por tener los viñedos en las laderas con una pendiente del 65-75 % de inclinación, siendo las más pronunciadas de Europa. Seguimos hasta Ediger-Eden y luego cruzamos de nuevo al margen derecho para ir a Senheim. Si queréis ver las ruinas seguir todo el tiempo por el margen derecho.
Ya de lejos se vislumbraba el Reichsburg Cochem, el castillo de Cochem, que impresiona cada vez más según nos vamos acercado. Llegamos sobre las cuatro, cruzamos al margen derecho por el Moselbrücke, para ir a la oficina de turismo que esta nada más cruzar a la derecha. Aparcamos las bicicletas en Endertplatz, la plaza en la que se encuentra la oficina de turismo.
Era difícil incluso circular con la bici. Al final de la plaza, debajo del puente vemos un pequeño parque de atracciones provisional y cómo no un trenecito “Mosel-Wein-Express” y Yaiza como era de esperar quiso subir, así que dimos una vuelta, que dura aproximadamente 30 minutos por los alrededores, y así de paso nos daría una idea general de los alrededores del pueblo. Nos acercamos después al casco antiguo , ya que una vez más la música nos atrae hacia una calle peatonal, la gente estaba en la calle, bebiendo vino, disfrazados con los trajes típicos y de animales, y los músicos amenizando a los asistentes. La verdad es un pueblo para quedarse y disfrutar, pero se nos iba a hacer de noche y nuestra cena en el hotel, que prometía peligraba.
La idea inicial era ir por el margen derecho, para evitar tráfico y coger un ferry en frente de Klotten, pero lo perdimos, ya que el último era a las seis de la tarde. Como estábamos seguros de que lo íbamos a perder, nos dijeron que la ruta era muy bonita, ya que es a través de una reserva natural, sin pavimentar y muy distinto a lo visto hasta ahora. Tenia un encanto especial. Tal y como nos habían advertido no es recomendable si ha llovido mucho, ya que estaría muy embarrado. Nada más salir de la zona natural, vemos algo de industria y enseguida Treis, que está en el mismo margen (derecho), para cruzar el río al margen izquierdo (Karden), donde se encuentra nuestro hotel. Llegamos al hotel a las 19,30. El hotel es antiguo, pero tiene el encanto de ser un Castillo, con restaurante gourmet, ¡con el hambre que teníamos!. Todo un lujo. ¡Qué mejor manera de finalizar esta etapa en bicicleta!